Poblado ibérico emplazado en una alargada meseta –el puntal de Meca- situada en el extremo noroeste de la sierra del Mugrón. Constituye un impresionante conjunto, siendo una de las ciudades ibéricas de la Edad del Hierro más espectaculares de la península. Posee la declaración de Monumento Histórico – Artístico Nacional desde 1931.
La ciudad – fortaleza, tallada en roca, sorprende por sus amplias dimensiones (ocupa más de diez hectáreas de superficie), por su compleja red de recogida de aguas (basada en canalillos y grandes y numerosos –superior al centenar- aljibes tallados en roca viva) y, sobre todo, por el camino de carros de acceso al recinto, de cerca de una kilómetro de longitud, en el que destacan las huellas abiertas en la piedra producidas por las ruedas de los carros. Además se conservan restos de las murallas ciclópeas, torres defensivas, casas semiexcavadas en la roca, escaleras, pesebres y abrevaderos…
A la importancia cultural, arquitectónica y urbanística se une la espectacularidad del paisaje circundante; con sus 1058 metros de altura sobre el nivel del mar permite contemplar una panorámica de gran belleza.