Las ruinas de la Ermita de San Roque se encuentran ubicadas próximas a la Ermita del Santo Ángel, junto a un camino agrícola al pie del cerro de la Ermita, en la zona conocida como Los Infiernos. Nos localizamos a unos 3 km de Ayora, saliendo de la población hacia el norte, a la izquierda de la N-330.
La ermita se empezó a construir en 1599, inaugurándose el 10 de enero de 1600, por iniciativa de los vecinos de la zona solicitando protección contra la peste. Pasada la epidemia, continuó el culto en la ermita, pero poco a poco fue abandonándose el templo y ya en 1838 se derrumbó, aunque volvió a reedificarse de nuevo, restaurándose por última vez en 1867. Desde entonces entró en ruina definitiva hasta nuestros días.
Sólo quedan en pie los muros de mampostería de su única nave reforzados por sólidos contrafuertes. Toda la bóveda -que debió ser de medio cañón- se vino abajo, quedando sólo los arcos de piedra sostenidos por pilares en los muros, que dividían el templo en cinco tramos. La cubierta sería de doble vertiente soportada por vigas de madera.
El recinto está totalmente a la intemperie, con el suelo sembrado de escombros y maleza. Hasta no hace mucho aún podían verse elementos de la fachada, de línea barroca con espadaña. También pervivían otros detalles como la hornacina en el testero y restos de un púlpito.