El conjunto, situado en el centro de la población, es más que un interesante compendio de la arquitectura entre los siglos XVI y XVII.
Su primera fase de construcción se sitúa entre el 1508 y 1577, de esta época procede el ábside ochavado donde está el altar y el presbiterio y la bóveda de crucería que cubre esta parte del templo.
El segundo período constructivo se reanuda en 1595 y se da por acabado en 1628; período en el que se fue terminando la nave central, el campanario y la fachada.
La nave (de 42 metros de longitud, por 13 de anchura y 23,6 de altura) está formada por cinco cuerpos, a los que hay que sumar el área del presbiterio. Las capillas laterales que hay entre los contrafuertes están separadas por pilastras de capitel corintio, sobre el que se asienta un potente cimacio del que se arrancan los nervios de las bóvedas.
La tercera fase de construcción termina la magnífica capilla barroca, con su cripta (1693-1702) el camarín de la Virgen, curioso recinto elíptico de inspiración centroeuropea (1739) y la sacristía mayor (1745-1746). Un terremoto en 1748 la dañó gravemente y fue rediseñada bajo el gusto del siglo XIX, dejando cubierto su aspecto original. Actualmente, tras la rehabilitación y restauración efectuadas, podemos contemplarla como en sus orígenes.
En su interior conserva unas espléndidas tablas de Yáñez de Almedina, pintor formado en Venecia por los discípulos de Leonardo da Vinci. También encontramos óleos, destacando el de El Ángel Tutelar de Ayora, del autor Vicente López y el retablo gótico con tablas pintadas de la Escuela Valenciana del S. XVI relacionados con el círculo del maestro Cabanillas.