El 17 de julio de 1756 figura por primera vez en las Actas Municipales el nuevo barrio de La Solana. Anteriormente eran parcelas que se cultivaban y se hallaban pobladas de morerales y eras para trillar.
Este barrio tradicional, cuyas casas son un claro exponente de la arquitectura popular, con casas de fachadas muy parecidas y de dos alturas. Destaca por su belleza la calle de San José, coronada por la ermita del mismo nombre.